¿Cenas y enseguida te vas a dormir? ¡Cuidado, tu salud corre peligro!

Los comelones nocturnos deben preocuparse por dejar atrás ese hábito que compromete su salud y que puede causar desde adicción patológica hasta riesgo de cáncer, úlceras y obesidad.

A todos les ha provocado alguna vez un delicioso bocadillo nocturno, y hay muchos que tienen la costumbre de cenar minutos antes de ir a la cama. Pero casi todos los dietistas concuerdan en que se trata de una práctica peligrosa para la salud. De hecho, la agencia de noticias rusa RIA Novosti consultó a varios expertos sobre el tema.





La mayoría de las personas que tienen este hábito no desayunan, sino que picotean durante todo el día cualquier clase de comidas con alto contenido calórico. Luego cenan alimentos con más exceso de grasa. Esto puede devenir en enfermedades crónicas como gastritis o una ulcera péptica y, además, comer mucho en la noche puede provocar obesidad, problemas de sueño e incluso diabetes.

Nunca es recomendable

Antonina Starodúbova, dietóloga principal del Sistema de Sanidad de Moscú, asegura que ningún médico recomienda este régimen de alimentación. Por otro lado aconseja, en la medida de lo posible, ingerir las tres comidas reglamentarias del día o, lo que es lo mismo, unas 5 0 6 pequeñas porciones.

Starodúbova estimó que hay dos clases de personas que comen tarde: el primer grupo lo constituyen individuos sanos que, por una razón u otra, se ve forzados a comer a deshoras. Por otro lado están aquellos que sufren algún tipo de patología psicológica o psiquiátrica, que en la medicina se conocen como “trastornos del comportamiento alimentario” y que en inglés tiene una denominación específica: “síndrome de alimentación nocturna”. Básicamente sus síntomas son las pocas ganas que muestra la persona de comer en horas de la mañana, pero en la noche suele experimentar un gran apetito o ansiedad por comerse algún “snack” (bocadillo) con muchas calorías.

Pero las complicaciones van más allá de la obesidad y fallos en el metabolismo. En efecto, varias investigaciones afirman que mientras menor sea el tiempo entre la última comida y el momento de irse a dormir, mayores son las posibilidades de contraer algunas formas de cáncer.

¿Hábito o adicción?

Pero algunas personas optan por comer de forma excesiva de noche para poder lidiar con sus problemas, según el narcólogo Oleg Búzik, pero luego sienten culpabilidad y terminan cubriendo ese sentimiento comiendo aún más.  Asimismo la soledad puede ser un factor muy peligroso que genera aún más ansiedad por comer en las noches, aunque muchas personas con pareja también experimentan este desorden.

Y es que, tal y como explicó el experto, por las noches las personas suelen perder el control de la ingesta de alimentos. En teoría los barorreceptores (terminaciones nerviosas receptoras de presión) dejan de funcionar. Estas ganas excesivas de comer por las noches pueden calificarse, incluso, como una enfermedad adictiva y, como dice Búzik, tiene “todos los indicios de la drogadicción”. Asimismo afirma que se trata de un “estado hipertrófico” que se mantiene en la consciencia y la persona no puede pensar en otra cosa que no sea comer.

Finalmente destacan los expertos que esta dependencia nocturna puede desarrollarse a raíz de problemas psicológicos ignorados; es decir, la persona no puede resolver sus problemas por sí sola y debe acudir a un especialista.

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